JUEGOS
AÑORADOS
Como
añoro los tantos juegos
de mi niñez
y por qué no juventud
muchos quedaron en el recuerdo
y otros, por siempre en el olvido.
Por
eso, traigo a memoria
algunos de los que practicaba
sobre todo de aquellos juegos
de aquellos que más gustaba.
Haciendo
bailar los trompos
nuevos, viejos o tarpinchos,
jugaba a los huahuazos
a la troya
y a los toquinazos.
En
moldes de lama y posta
plomo fundido vaciaba,
para moldear las oncitas
y jugar a la juscuteada.
Hacer
billar, hacer unis
con las bolitas lecheras,
hacer quemita o curana
con la tera bien certera.
Jugaba
al hilito en boca
al inmóvil
o sin sentir,
como a la mano negra
también a la capujita.
Jugaba
con trompo al avance
por cuatro, cinco o más quirquis,
o ya con cachinas al triángulo
con biringuela o sin biringuela.
Jugaba
también al meta paso
dando un taquito en las nalgas,
o bien al lindo chorro morro
y concluir con la sara tauka.
Jugaba
con pelota y trapo o fucucho
así como con los platinchos,
o simplemente a la tuncuna
y también haciendo volar voladores.
No
olvido el hoyito nanquis
ni el chuli, chuli o veneno,
ni la muqueada de oncitas
mucho menos el enchoque.
Cómo
olvidar al Calma Jeta
que en silencio se acercaba
y con rebenque en mano
a casita nos mandaba.
Recuerdo
también al cana Burgos
o al siempre buen bigote,
que con voz tenebrosa nos decían
a cumplir con las tareas.
Cómo
del juego gozaba
horas enteras pasaba,
cuando tarde regresaba
sólo huascazos ganaba.
Daniel
Laguna P.
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