POESIAS

EN RECUERDO DE DOMINGUEZ

Ha quedado con nosotros
tu "Pastora",
alargando
el lamento de su voz ...

"Juan Cutipa" triste,
se ha escapado por los cerros;
pero ya volverá
cuando se le pase un poquito
el dolor que le ha herido

y no es para menos, Alfredo ...
Ha sido tan grande la sorpresa,
que al principio ¡te juro!
no supe si ponerme a llorar
o protestar, crispando el puño,
ante el aleve sino
que así, de repente,
truncó tu vida.

Nada nos habías dicho
de tu corazón;
o, ¿es que no supimos interpretarte
en el mensaje de tu canción? ..

¡Tú eres "Rosendo"!
¡Tú eres "Cutipa"!
¡Tú eres, Alfredo,
tú mismo el canto!

Qué triste ha quedado
tu pueblito "encantao",
desde el día en que la tierra
-¡madre amante!-,
acogió tu cuerpo frío,
en su cálida entraña.

Ese día, Alfredo ...
don Cesario, tu padre,
que ya no ve nada
pero siente más;
te tocó la despedida
en la nota triste
de su triste quena
y al llanto de tu madre santa,
al llanto de tu pueblo;
se vino en lágrimas
el mismo cielo.

Llovió, Alfredo ...
y corrió el agua
por los cerros "colorados"
y en las calles de Tupiza
se formaron charcos,
como esos que saltabas
cuando eras chico,
"brincoteando" junto a otros
como tú, descalzos,
de pantalones rotos;
con un agujero en el trasero,
sin pan ni abrigo,
pero buenos amigos
como la brisa y el aguacero.

El churqui añoso
de la plazuela "Cotagaita",
donde cantaste tu primera copla
y pulsaste en tu guitarra un vilIancico,
pa' que los niños pobres del barrio,
le adoren al Niñito Jesús;
se lloró solito con lágrimas de rocio
que en su cansado ramaje
dejó el amanecer.

El molle de la orilla,
desde donde mirabas
transcurrir la fiesta de Reyes,
con el galope de ida y venida
de los caballos "pintudos";
con su mozo-jinete diestro
y la linda imilla
cantando su copla sencilla,
-todo lo que tú recogiste
en el eco mágico
de las notas de tu guitarra-;
ha lanzado dolorido un suspiro
en el aire que mece
su siempre verde fronda.

En el río caudaloso de la vida,
que a veces se hace torrente,
has cruzado a la otra "banda",
Alfredo ...
Ya no has de volver;
pero la sensación
de que estás presente,
late por siempre
en nuestro corazón.

Y es que es cierto
que no ha muerto,
el que en la vida
dejó grabado en verso,
color y forma,
todo su sentimiento.

¡ Tú eres "Rosendo"!
¡ Tú eres "Cutipa"!
¡Tú eres, Alfredo;
tú mismo el canto!

Humberto Ortiz Pozo

 

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