PEDRO
ARRAYA
Un
apartado merece este caudillo local, Pedro Norberto Arraya, no
sólo porque en la historia boliviana es poco reconocido, al igual
que otros valientes hombres de aquella hora, sino porque esta
particular figura tuvo el destino de sobrevivir al período emancipador
y convertirse en el Coronel más joven de esta lucha con 38 años,
recibiendo Guerrera y sable de manos de Simón Bolívar luego de
Ayacucho y Tumusla (1º de abril de 1825). Se considera además,
que de los ciento veinticinco caudillos gauchos que pelearon desde
1809 hasta 1825, solamente nueve sobrevivieron, pero de ellos
ninguno desenvainó su espada al igual que el Libertador José de
San Martín para participar de las posteriores luchas fraticidas.
Posteriormente en la etapa de la conformación de los estados y
tras la derrota de la Liga del Norte en Famaillá en el año 1834,
será el salvoconducto de todos los unitarios que se exiliaban
vencidos de las tropas del rosista Oribe y que marcharan a Chile
y Bolivia. Arraya que ostentaba el grado de Comandante General
de la Quiaca fue secuestrado de Jujuy y fusilado en altas soledades,
un 24 de junio de 1837, en el lugar de su pequeña gloria: Suipacha
BUTCH
AND CASSIDY

Butch Cassidy and the Sundance Kid estuvieron entre los más
grandes bandoleros del Oeste Americano, asaltaron cuantiosas cantidades
de dinero en los Estados Unidos, Chile, Argentina y Bolivia. El
14 de diciembre de 1905 a mano armada el Banco de la Nación
de Villa Mercedes a 400 millas al oeste de Bs Aires (Argentina)
llevandose una suma de 137.500 dólares, pese a los esfuerzos
de las autoridades argentinas, no lograron capturar a los malentretenidos
yankies quienes huyeron a travez de las pampas y los Andes hasta
encontrarse a salvo en Chile.
En 1916, Butch Cassidy, alias Santiago, encontró trabajo
en la mina de la "Concordia" en pleno centro de los
andes de Bolivia. En Tupiza, atraidos por la actividad minera,
planearon robar un banco. El adminitrador de la compañía
Aramayo fue asaltado y se llevaron 90.000 dólares, despues
del atraco huyeron a San Vicente donde murieron en un tiroteo
con el ejército boliviano. Con esta historia se montó
un filme protagonizada por Robert Redford y Paul Neuman.
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